viernes, 24 de octubre de 2008

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE SALAS


¿Por qué existe la avaricia?, ¿de que sirvió el recelo por una herencia que ya no existe?.

Creo que la mejor herencia que dejaron José y Josefina no fue un gran bar, BAR SALAS, que ya no existe y que se esta perdiendo en el recuerdo, tampoco fueron los campos de naranjos, que ya son individuales y están totalmente desconocidos, ni la casa de Toga, inexistente, ni la garrofera, que esta perdida en alguna parte, ni si quiera el dinero procedente de la mala expropiación del bar, ni las mantas, ni las “joyas”… cosas que hoy casi han desaparecido, esas cosas materiales que no tienen valor económico y que están manchadas por la avaricia, el rencor…
Josefina, así se llamaba la madre de cinco hijas, dio su vida para que todas sus hijas pudieran darse un beso en vez de pasar de largo cada vez que se vieran y que pudieran vivir en paz en unas vidas manchadas por unos problemas que marcaron sus vidas para siempre.
No importa, hoy después de tantos años muertos, no importa saber si esos padres, que murieron con la esperanza de dejar una familia unida, tenían el carácter fuerte, si eran bondadosos o generosos con la gente que llamaba a su puerta para pedir un vaso de agua o un trozo de pan.
Creo que importa el resultado de esa vida, de alguna manera ellos siguen vivos, sus cinco hijas se han encargado de que así sea, bien por el parecido físico, bien por la forma de pensar, bien por todo aquello que sus hijas han cambiado porque no les gustaba de sus padres, con ellas todavía convive la verdadera herencia que ellos dejaron , ese carácter fuerte, esa bondad, todos los sentimientos que fueron desprendiendo hacia sus hijas todavía persiste en el aire. Ellos son felices en el cielo porque con toda seguridad viven en el BAR SALAS, que prácticamente esta enterrado en los corazones de sus hijas y que guardan dentro de ellos los mejores y peores recuerdos de unas vidas que en la intimidad de sus hogares repasan de vez en cuando. De alguna manera las cosas buenas y malas están pasando de generación en generación , aunque llegará un día en el que nadie ya se acuerde de todo lo que paso, ya no exsitirán esas desagradables historias que tanto duelen cuando se comentan en casa.
Mi intención era escribir la historia de la familia Salas, aunque sea una historia con un final triste, me gustaría que perdurara a través de los años, pero duele, duele ver llorar a una madre cuando te cuenta lo que sufrió la suya, duele recordar, yo era una niña, como sufrió mi madre y como sufre cuando cuenta como se rompió la unión entre las hermanas por una herencia que ha desaparecido y que desaparecerá para siempre en un futuro no muy lejano.
Pero de una cosa me siento orgullosa, pertenezco a la familia Salas y todavía hoy después de que mis abuelos José y Josefina murieran, siempre hay alguien que los recuerda y te habla de ellos, todas esas palabras te hacen sentir feliz y contenta de pertenecer a una familia como la mía es entonces te das cuenta de la
importancia de llamarse Salas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Espere que ens deleites amb moltes histories mes.
Eres una gran escritora.
Te vuic.
Muaaaa

Anónimo dijo...

reina del meu cor com no te lligen?